domingo, 12 de febrero de 2017

El cuento del pacto por la educación.

Más. Si miramos hacia atrás, no es un cuento, es una saga inacabada. Al paso que van los de la subcomisión, nos vamos a quedar con la LOMCE para varios decenios. Terrible; porque cualquier cambio que se quiera introducir en el sistema escolar –de 0 años hasta el doctorado universitario- lleva mucho tiempo pactarlo, más el reglamentarlo, más (mínimo 5 años) implantarlos en los pasillos y en las aulas; y una generación -20 años-, por lo menos, para empezar a recoger resultados totales de todo el sistema.

Aprovechando esta entrada en el blog, y estoy seguro de que lo he escrito en otra entradas anteriores, hay un paquete grande en ese pacto y en su reglamentación, muy duro de pelar. Empiezo por los ejemplos; no tiene sentido mantener áreas, materias, asignaturas, etc. que lleven por nombre “historia universal”, salvo que se le dedique cinco clases semanales durante siete años. Lo mismo para la historia de Europa, la historia de la Literatura ¿universal?, para la filosofía, para las matemáticas, etc. Hay una solución; no comenzar la literatura española por el Auto de Reyes Magos, ni reducir la genética a los guisantitos, etc. Decidir qué es conveniente saber de todo el paquete de conocimiento actual, y el que viene, no es tarea fácil. O no, porque seguirán considerando vital aquello mismo que sus profesores intentaron enseñar a nuestros políticos y, como son sabedores de que no lo aprendieron, se lo quieren imponer a los infantes, adolescentes y adultos sobre los que legislan con mano dura, por que dudan de que lleguen a ser responsables y adornados con todas las capacidades y virtudes que ostentosamente dicen que tienen ellos, lo  que mandan. 

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