jueves, 23 de enero de 2014

¡Más precisión en la información!

En El País de ayer (páginas 34 y 35) titulan: "¿Por qué un 4 es un  5 en Selectividad? Denunciante el titular, por lo menos, pero, según creo yo, es un error; seguramente no inconsciente; porque, primero no existe "selectividad", sino PAU (Prueba de Acceso a la Universidad), y para aprobar este cedazo la nota no es de ninguna manera la media de lo exámenes de que se compone, sino que la nota de los exámenes se promedia con la nota media del expediente del Bachillerato. La proporción es: el expediente un 60% y las pruebas un 40%; para poder calcular la nota de la PAU se exige, como mínimo un 4 en las pruebas, y afinamos más y  si no recuerdo mal, basta con un 3,96, porque el ordenador tiene la instrucción de hacerlo a partir de esa nota. El titular del reportaje podía haber sido todavía más alarmante.

Es un cachondeo, al que se ha llegado a base de rodar la bola ante las protestas de los alumnos y las necesidades de las Universidades de tener alumnos matriculados para que  no echen el cierre por tener las aulas vacías. Pero como al asunto le quedan solo dos años de vida, pues lo dejamos, porque la propuesta de la LOMCE no lo mejora, ni aunque se llame la ley "de mejora de la calidad". No lo mejora porque queda en manos de los centros de Bachillerato y de lo que cada Universidad y/o Facultas o Escuela Técnica quiera hacer para "colar" (seleccionar) a los alumnos que solicitan la matrícula.

Con el sistema vigente es más que evidente que la solución   que los centros de bachillerato no den a ningún  alumno que apruebe los dos cursos y todas y cada una de las materias, una nota media inferior a 5,7, con el fin de que aquellos alumnos que se queden en el 4 en las pruebas tengan, por lo menos, 5 de nota de la PAU y puedan acceder a la Universidad. La práctica demostró a  los centros de bachillerato que inflaban las notas para regalar a sus alumnos una nota de expediente alta, que era un sistema que no funcionaba, porque esos alumnos con notas "regaladas" en bachillerato no alcanzaban el 4 en la pruebas. Es un sistema el vigente de la PAU bastante objetivo, dentro de lo que podría ser, porque, al final, queda en los tribunales universitarios de las pruebas de la PAU el abrir o cerrar el acceso; y los datos de los últimos años, con matrículas descendentes en todas las Universidades, curiosamente, prueban que ha aumentado significativamente el porcentaje de alumnos que aprueban la PAU.

El sistema de LOMCE, deje todo en manos de las Universidades y Facultades. Veremos qué pasa, pero se puede presumir: menos matrículas, recortes, incrementos de precio de matrícula,, menos becas, menos matrículas. Espero, y tengo mucha  curiosidad, poder enterarme de cómo llega la LOMCE a la realidad pura y dura de los "euros".

Tiene razón el artículo en situar la solución e todo el sistema en etapas anteriores al bachillerato y la entrada en la universidad. Pero, creo, que no han entendido a los expertos. La solución está en Educación Infantil y Educación Primaria; lo he vivido, porque, aunque costó una decena de años, más o menos, conseguimos hacer un brillante colegio partiendo de uno que era un coladero vergonzoso. La solución está en Infantil y Primaria, y pueden venir los expertos; que nos expliquen cómo arreglan los profesores lo no hecho o hecho mal en Infantil. Todo tiene solución si se empieza por el principio; las otras soluciones son cataplasmas que hay que usar hasta que los alumnos que vivieron una etapa de Educación Infantil solvente desde todos los puntos de vista, y siguen  una escolaridad solvente en Primaria, ESO obligatoria llegan  al  Bachillerato. Son quince años de escolaridad los que hay que mejorar, y eso solo se puede hacer empezando por los tres años. ¿Tiene la LOMCE un esperanza de vida de quince años?


lunes, 13 de enero de 2014

El ministro WERT resume su LOMCE.

La periodista le pide al ministro Wert -antes era un tertuliano ascendido a ministro, pero como ya tiene un Ley Orgánica en su haber político, pues asciende, por escalafón, a Ministro- que resuma las piezas principales de su LOMCE. Contesta Wert que dos son esas temas principales: la autonomía de los Centros y las evaluaciones externas.

Leída la LOMCE en el BOE, me parece que la autonomía se reduce a la posibilidad de adaptar al alumnado de cada centro la orientación/es de la propia ley. Es una vieja canción de todos los ministros desde Villar Palasí (1970, Ley General de Educación). Nunca ha sido realidad..., aunque sí lo ha sido, porque no se puede vigilar e inspeccionar a cada uno de los centros y profesores, pero se ha hecho "de sobaquillo" y asumiendo el riesgo el Director del centro de que le den un buen palo. Hasta ahora, todas la leyes del sistema escolar han forzado la uniformidad; vano intento, como era de esperar, aunque la prédica era de autonomía. Lo previsible, pensando en los "vigilantes de la ley", es que se exija la uniformidad..., que siempre será ficticia, porque cada centro es diferente a los demás; ficticia: basta con no cambiar el nombre de la asignatura e impartir lo que el centro cree que le conviene a los alumnos; por ejemplo: un centro con alumnos que no dominan la lengua castellana, la solución es aumentar las horas de lengua dando lengua en las horas de conocimiento del medio. Esa diferencia está determinada por las familias, por los alumnos, por los profesores, por la zona urbana o rural, por el barrio urbano, y por todas la variables que los sociólogos son capaces de manejar todas juntas. No habrá autonomía para los centros; ¡si van a imponer los programas!

Evaluaciones externas. Seguro que con el paso de los cursos mejorarán los resultados, incluidos los del PISA. Porque se orientará el trabajo en las aulas  a mejorar los resultados, modificando las formas de enseñar, los temas en que se hará más hincapié, y las formas de "evaluar" el rendimiento de cada alumno/a. Prueba: los resultados de esas evaluaciones en la CAM (Comunidad Autónoma de Madrid). Prueba: PAU (Prueba de Acceso a la Universidad, comúnmente, selectividad). Explico una forma de orientar el trabajo en el aula para superar la selectividad: hay alumnos que saben poco inglés, la solución no es enseñarles inglés en un año con tres horas de clase  ala semana, sino que se preparen cinco redacciones de anticresistas palabras perfectamente escritas y memorizadas; cuando tengan que hacer la redacción de l examen de inglés seguro que redactan estupendamente, y es la parte del examen que más vale; que los alumnos vayan perfectamente informados del valor en la nota de cada una de las cuestiones y problemas que plantea el examen de cada materia, porque si se sabe que la pregunta de vocabulario del examen de lengua española vale solo un punto, no vale la pena atascarse en ella. Podría seguir con todas las materias, incluida  la física y las matemáticas y la filosofía.

Salvo error, en el parlamento tras la pregunta de la periodista añadió dos piececitas más: los itinerarios y la reforma metodológica. Hay que ser serios; los itinerarios siguen siendo dos: bachillerato o formación profesional. Y que no nos maree más con el plural; es dual, y no solo la formación profesional, sino los famosos itinerarios. Es archisabido que los alumnos derivados -vaya término; debería decirse "desviados"- a formación profesional por sus bajos rendimientos académicos, no porque sea evidente que tiene una predisposición para ser pintor de brocha gorda, siguen teniendo un bajo rendimiento académico en formación profesional. Si los itinerarios son dos, en castellano es plural, pero que no caigamos en el error de pensar que se va a responder a las necesidades individuales de cada alumno; simplemente se les clasificará para bachillerato o formación profesional por las notas que sus profesores le regalen.

Reforma metodológica. Como la periodista le había pedido un resumen, pues el ministro, que no es tonto, resume, y reduce la reforma metodológica a un uso más racional e intensivo de las TIC´s. Otro plural que reduce a un singular: ordenadores (PC, pizarras electrónicas, etc.), y si se quiere ser más moderno: microelectrónica. La metodología docente se suele quedar corta, sea la que sea, porque habitualmente sus "inventores" se olvidan de que quien aprende es el alumno, no el profesor, y, por suerte para la humanidad, cada alumno acostumbra a tener una forma individual de aprender que no coincide con la del profesor. Hay miles de anécdotas históricas que lo prueban. Una:  tras una conferencia de Piaget, un asistente le preguntó si lo que contaba era verdad, y Piaget respondió que no lo sabía, que se lo preguntase a los maestros.

Con estas gualdrapas, una vez más, un ministro, porque lo quiere y puede, nos impone una ley de escolarización que, según asegura, va a arreglar -en este caso es modesto, no humilde- solo los principales pro lemas del sistema escolar español. ¡Suerte profesores, padres y alumnos! Pero pasaréis por esta, y hasta la siguiente. Nunca en España, en los últimos ciento setenta años, ha sido posible un pacto sobre el sistema escolar. Tampoco esta vez. ¿No será porque desde 1500 nuestra el reino de España entregó la educación a la Iglesia Católica?




viernes, 10 de enero de 2014

¿Así se escribe la ciencia?

Es una chorrada casi accidental, pero tiene su chispa ahora que se están debatiendo los "contenidos" -programas- de cada materia/asignatura/oloquesea. Creo haber leído que se va a "estudiar la misma historia en todas las Comunidades, por ejemplo; habrá que ver qué decide contar cada uno de los profesores de historia en sus clases, y cómo decide contarlo; no se puede cambiar la vida por Decreto; ejemplo, la chorrada del enlace.