viernes, 16 de marzo de 2012

Informe OCDE, sistema educativo Canarias, 2012

Pinchando el título, tengo el informe de la OCDE (PISA) de 2012 sobre el sistema educativo de Canarias. EVn la línea habitual de PISA; esta vez carga contra el profesorado de la pública por el sistema vigente de selección del mismo. Proceso: se afirma que no funciona; los afectados se desaniman; funcionan peor, lo que confirma la tesis; es necesario el cambio.

domingo, 11 de marzo de 2012

"A por la excelencia".

Me parece que hay mucho pitorreo con el eslogan de la Presidenta de la CAM (Comunidad, no caja de ahorros) y la Consejera de Educación de la misma CAM.  Dicen, creo, que defienden la excelencia en el sistema escolar. ¿Saben de qué hablan al usar la palabra excelencia?

Doy por descontado que no pretenden que se trate a los alumnos con mejor nota media con la fórmula de "excelencia", en vez del Ud. o del tú. No creo que estén hablando del tratamiento. Pero es una opción del término.

No parece tampoco que, al igual que Tom Peters, "vayan en búsqueda de la excelencia". Sí, aludo al libro del autor citado,  publicado en el primer quinquenio de la década de los ochenta, que nos puso de modelo, a admirar e imitar, a una serie de empresas que unos años después o se fueron al garete, o les pillaron haciendo trampas o robando, o que solo pasaron por dificultades muy serias; de todo ha habido. No he encontrado este libro en mis "estantes", pero sí uno gordísimo, de casi mil páginas, titulado "Reinventando la excelencia", publicado en inglés en 1992; un decenio después de ir a la búsqueda de la excelencia, la teníamos que reinventar ya. Y otro de 1994, titulado "Nuevas organizaciones en tiempos de caos"; doce años buscando la excelencia y acabamos en el caos. No le vaya a pasar al sistema escolar de la CAM, que yendo tras la excelencia, acabe en el caos. Si ambos cargos, presidenta y consejera, caminaran por el camino de Peters, que nada tiene que ver con el autor del principio famoso, porque este se llamaba solo Peter, deberían conocer que en el año 2000 apareció en Alemania otro libro de "management", "Dirigir, rendir, vivir"· de Fredmund Malik, que rebajaba la excelencia a cumplir con las responsabilidades previstas; sin excelencias ni de tratamiento ni resultados.

Si no apuntan ambas ni al tratamiento ni a la búsqueda de la excelencia, será porque ya saben  qué y quiénes son excelentes, ya que han abierto un centro para alumnos excelentes; el criterio de selección, bastante modesto, es que tengan de nota media  notable o más. Buen viaje. 

El diccionario etimológico de Corominas, al que quiero mucho, al libro, claro, dice que excelente significa, tomado del latín, "sobresaliente, que excede de la talla de otro", "ser superior, sobresalir". Casares, en su diccionario ideológico, dice de excelente: "Que sobresale en bondad, mérito o estimación entre las cosas que son buenas en su misma especie. Tratamiento honorífico usado antiguamente. Moneda antigua de oro que valía dos castellanos". Excelencia, como acostumbran los diccionarios, es solo la calidad de excelente. Con una nota media de notable "se sobresale", pero no tanto como parece; bueno si se compara con los cuatro de cada diez que no tiene ni nota media, porque suspenden la ESO, es mucho sobresalir, sí. 

La nota media, criterio de selección usado por la CAM, será, entonces "sobresalir en mérito". Pero este mérito está reducido a un resultado numérico dado por profesores diversos, en centros diversos, a alumnos (y alumnas) diversos, siguiendo programas diversos, sin que se considere ningún factor corrector; luego se elige a bulto; además es voluntaria la incorporación a estos grupos de "excelentes". No debe de resultar fácil conseguir, o defender, la excelencia del sistema escolar con todas estas imprecisiones. ¿No parece pobre, dentro de un sistema que llaman "educativo", seleccionar únicamente por la nota media? Se han olvidado, por lo menos, de la bondad y de la estimación. A esta estimación, precisando más, algunos le llamamos admiración ante lo bueno, lo bello, lo justo.

La excelencia fue denominada arete en la Grecia antigua y hombre excelente era el que seguía el ideal aristocrático del kalos kai agathos, el que vivía como esencialmente compatibles entre sí lo bello, lo justo, lo útil y lo santo.(...) ...la excelencia humana reside en la elevación de lo que de común hay en los hombres, eludiendo las parcelas exclusivas de su subjetividad. (GOMÁ LANZÓN, Javier, Imitación y experiencia,  Pre-Textos, Valencia, 2003. Pág. 334).

Ni las empresas, que según Peters,  perseguían la excelencia resultaron ser excelentes, ni una nota media de expediente académico predice alguna excelencia. Pero en la CAM se seguirán abriendo aulas con alumnos y alumnas "excelentes", quemados tras el velo de la privatización del sistema, al igual que se abren todos los años centros de enseñanza bilingüe que no pueden enseñar en inglés o francés porque no hay suficientes profesores de historia o de física con el suficiente dominio de estas lenguas para explicar conceptos complejos.
 

martes, 6 de marzo de 2012

Panfleto cinco: ¿otro calendario juliano?

No es otro calendario del año académico lo que ha anunciado el ministro actual de educación; pero algo parecido, porque va a montar un lío parecido; esta vez en la enseñanza secundaria, tantas veces declarada como el pivote de todo el sistema escolar.

Para los más jóvenes. Hubo una vez... un ministro de educación de la dictadura, llamado Julio Rodríguez, que llegó al cargo según contaban, y creo recordar que lo confirma en sus memorias el general Salgado Araujo, primo y secretario del dictador, por error. El Julio Rodríguez que propuso la esposa del dictador era otro catedrático; pero una vez cometido el error, se apechó con él, y el tal ministro modificó el año académico, haciéndolo coincidir con el año natural: el curso dejó de comenzar en octubre, para hacerlo en enero, y concluir en diciembre en vez de en junio (o agosto, vale).

El actual ministro de educación propuso, cumpliendo el programa del PP, añadir un curso más al bachillerato, restándolo a la secundaria obligatoria. La comparecencia del ministro en el Senado ayer aclaró, es un decir, el entuerto. Ese primer curso del nuevo Bachillerato será obligatorio y preparatorio del 2º de bachillerato o del 2º de Formación Profesional, con cuatro o cinco materias o asignaturas comunes y el resto, hasta diez o doce, dice el periódico que dijo el ministro, propias del bachillerato o de la FP. Para acabarlo de arreglar, ese, hasta ahora 4º de ESO, y desde que se cambie será 1º de Bachillerato o de FP; y liándolo aún más, el título de ESO solo se podrá alcanzar cursando, y aprobando supongo, ese 1º de Bachillerato o de FP.

No es otro calendario juliano; pero, ¡vaya!. No sé cómo llamarle: ¿"reforma wertiana"?; tiene el inconveniente de  que suena al joven Werther, y no sería justo para el joven. Ya se le ocurrirá a alguno de los ocurrentes que hay por ahí sueltos. Lo del calendario juliano, además de proceder del "nombre de pila" del ministro, tenía connotaciones clásicas, e incluso apóstatas. De "juan ignacio", que es el nombre de pila del actual ministro es difícil hacer el mismo juego.

Añado algo más veinticuatro horas después: ver la entrada del 2 de febrero de 2010, titulada "104 propuestas. Comentario (I)", que ya andábamos con una propuesta de cambio en 4º de ESO.

4. Alumnos: Disciplina.

La disciplina consiste en la imposición de estándares externos y controles sobre el
comportamiento individual. Permisivismo es  la ausencia de dichos estándares y
controles. Autoritarismo consiste en un control excesivo, arbitrario y autocrático,
diametralmente opuesto al permisivismo. Entre los extremos de estos dos conceptos
existen diversos grados de control; en el Colegio se ha optado desde sus inicios por
el que representa la llamada disciplina democrática. 

La disciplina es un fenómeno universal-cultural que desempeña cuatro funciones en
la formación de los individuos. La primera función es de socialización, o sea, el
aprendizaje de los estándares de comportamiento aprobados y tolerados en nuestra
sociedad. La segunda función  hace referencia a la madurez de una personalidad
normal, constituida por rasgos como dependencia, confianza, autocontrol,
persistencia y capacidad para tolerar la frustración, considerando que la madurez no
es un fenómeno espontáneo, sino que es la respuesta a demandas y expectativas
específicas. La tercera función consiste en la interiorización de estándares morales
para el desarrollo de la conciencia; dichos estándares, obviamente, no se pueden
interiorizar a no ser que estén presentes externamente y aún después de dicha
interiorización, la experiencia universal de la cultura sugiere que las sanciones
externas son necesarias para asegurar la  estabilidad del orden social. La cuarta
función hace referencia a la seguridad del niño, ya que sin la orientación
proporcionada por los controles externos de la forma menos ambigua posible, los
niños se sienten inseguros al colocar  un peso excesivo sobre su capacidad de
autocontrol limitada.

De lo dicho se deduce que la disciplina de tipo democrático se basa en la imposición
del control que resulta necesario a fin de conseguir las cuatro funciones que
acabamos de citar; la disciplina y la obediencia no se consideran como fines en sí
mismos, sino como medios para lograr los fines citados.


Este tipo de disciplina es tan racional, no arbitraria y  bilateral, como sea posible;
proporciona explicaciones, permite la discusión e invita a la participación de los
alumnos en la elaboración del conjunto de normas, siempre que estén en
condiciones de hacerlo.

Por encima de todo implica respeto por la dignidad del individuo; repudia por tanto,
las formas de castigo duras y abusivas, y la explicitación de los límites no se hace de
forma rutinaria o con ánimo de mostrar  quién ostenta el poder, sino de forma
espontánea y únicamente cuando surge la necesidad de hacerlo.

Estas características hacen de la disciplina democrática el tipo de disciplina
adecuado a nuestra sociedad, donde las relaciones sociales tienden a igualar a los
individuos. Adicionalmente,  resulta aplicable a medida que los niños se convierten,
de forma progresiva, en individuos responsables, capaces de comprensión y de
formular normas de conducta basadas en los conceptos de igualdad y obligación
recíproca. Sin embargo, en ningún caso libera al individuo de todas las limitaciones
externas, ni tampoco dispensa al profesor de su responsabilidad para tomar las
decisiones últimas en la clase.

Podemos, considerar el proceso disciplinario como un situación más o menos
compleja, más o menos necesaria y más o menor deseable, pero coincidiremos en
que existe o debe existir en tanto en cuanto el individuo ha de conseguir unos fines,
y en el colegio estos fines resultan  ser los propios del proceso enseñanza/aprendizaje.
En último término, el sistema disciplinar deberá ser entendido como el conjunto de
procedimientos, incluyendo normas o reglas,  mediante los que se mantiene en el
Colegio un clima ordenado y organizado, y cuyo valor no es otro que el de favorecer
la consecución de los objetivos propuesto en el proceso enseñanza-aprendizaje de
cada alumno, y todo ello dentro del marco de la definición axiológica del Colegio y de
la definición de disciplina democrática expuesta.

(Transcrito del Proyecto Educativo del Colegio Arturo Soria. Este texto lo redacté personalmente, y nunca nadie ha propuesto alguna modificación. Hoy, casi cuatro años después de dejar la dirección de este colegio, su Proyecto Educativo mantiene íntegro este trexto).

domingo, 4 de marzo de 2012

Alumnado estable, (Punto 4 de los fundamentos de calidad)

La composición del alumnado es el cuarto factor que he identificado como determinante de la calidad de un centro escolar, o de un colegio, o de un instituto.

Una alta rotación de alumnos en un centro constituye un elemento negativo. Por un lado, porque supone que abandonan el colegio muchos alumnos, y no solo porque acaban el periodo escolar; puede deberse a: mal funcionamiento real del centro, radio macuto decide rebajar la calidad del centro, se presentan opciones mejores, o más baratas en época de crisis económicas. Si el centro quiere mantener la plena ocupación deberá aceptar muchos alumnos nuevos cada año. La alta rotación de alumnos consecuencia de las salidas y entradas, exige al centro un sobreesfuerzo cada año para lograr la integración de todos los alumnos nuevos en la vida del centro. El tiempo, conocimiento, dedicación, de los profesores a este asunto hay que restarlo de la docencia y de la educación. Y es muy importante conseguir la integración de los nuevos alumnos lo más rápidamente posible, porque de ello depende el buen funcionamiento del centro en ese curso.

Con alumnado estable pretendo referirme también a que las expectativas puestas en la albor del centro por los alumnos y sus familias se muevan en una banda más bien estrecha; es decir, que haya una alta coincidencia en esas expectativas, porque de esta forma el desarrollo de cada curso no deberá modificar apenas sus coordenadas. En este marco caben, perfectamente, diferentes ambientes y formas familiares, diferentes niveles económicos, diferentes procedencias culturales.

Una escasa rotación de alumnos y de sus expectativas posibilita una labor a medio y largo plazo, que deja en la cuneta las actuaciones extraordinarias, y se centra en llevar a término los programas que cada seminario didáctico ha diseñado para cada curso, para etapa escolar, y para el final, al concluir la escolaridad en el centro.

Si, además, coincide una escasa rotación de profesores, empieza a ser posible la solera del centro, en el sentido más enológico del término. Una buena solera admite caldos, en nuestro caso, alumnos y profesores, nuevos, pero en cantidades asumibles sin que la solera pierda sus cualidades.