miércoles, 20 de julio de 2011

Supresión de la "hora de tutoría".

Es una frase, la del título, que solo se entiende en la jerga del sistema escolar; no es más que una reunión del grupo de alumnos -entre 25 y 30- con su profesor-tutor. ¿Qué es un tutor de grupo en ESO? También lo hay en  primaria y bachillerato.

La Ley General de Educación (1970) se descuelga con que existirán en el sistema escolar tutores; no dice más. Un año después, más o menos, un libro de organización escolar de Fomento de Centros (OPUS), describe qué es ser tutor de un grupo (3º de ESO, "B", por ejemplo; entonces EGB, BUP y COU); muy breve: es atender a cada uno de los alumnos, al grupo como tal, a los profesores de ese grupo, a las familias de los alumnos tutelados. Casi nada. Y para atender al grupo como tal se inventa "la hora de tutoría en grupo". En esa hora, en realidad unos cincuenta minutos, entra de todo: temas meramente disciplinares, cuestiones con los profesores, temas que se eligen como importantes para esa edad o grupo, y un sifin de temas muy curiosos, e incluso algunos muy prácticos como un cursillo de primeros auxilios en 1º de bachillerato. Al final, y en caricatura, un tutor es el que da información a las familias de su hijo o hija, el que llora en la sesión de evaluación por las notas de sus alumnos, el que transmite órdenes disciplinares. Desde 1970 hasta el curso pasado, han ido introduciéndose cada vez más tareas y funciones.

Hace unos diez años, creo recordar que los resumimos en unas treinta funciones o tareas. Casi nada. No se olvide que el tutor cambia cada año; cada septiembre, vuelta a empezar. Esta sinrazón, a la que además todos dan una gran importancia en el sistema escolar, me llevó a proponer un cambio. Hace diez años nos pareció bien suprimir la hora de tutoria en grupo; igual ha hecho este mes de julio la Consejería de Educación de la comunidad autónoma de Madrid. Pero no ha pensado más allá.

La sustitución del sistema tutorial vigente desde 1971, más o menos, lo modificamos sustancialmente. En resumen: creamos una nueva figura, el coordinador de curso, que asumió todas las tareas o funciones  administrativas y  disciplinares -unas 15 de las que identificamos en la figura del tutor- y el resto, otro tanto, se encargaron a un "tutor personal". Cada alumno tiene un tutor designado de entre los elegidos por el alumno; máximo de 18 alumnos tutelados; pudiendo el tutor negarse a ser tutor de un alumno concreto y al revés; pudiendo mantener el mismo tutor desde 1º de ESO hasta 2º de Bachillerato (durante seis años); dando tiempo al tutor para ejercer sus tareas; pagando  esa función de tutor o de coordinador. Es verdad que nosotros también dedicamos esa "hora de tutoria en grupo" a aumentar horas una hora lectiva; pero se adoptaron unas cuantas decisiones más. Hicimos un cambio fundamental.

Intentamos más aún; desmitificar la figura del tutor, que con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo en una pieza sustancial del sistema, cuando comenzó siendo una cita legal, casi al desgaire, en la ley de 1970. ¿Qué es  desmitificar? Reconocer que el tutor es un profesor más; que su formación como tutor, en mucho casos no existe, y la que existe... ¿qué es? Un tutor en un centro educativo no es: ni psicólogo, ni asesor familiar y matrimonial, ni mediador entre hijos y padres, ni orientador profesional, ni sabe sociología, ni... muchas otras funciones y profesiones que la realidad exige indebidamente al profesor que le toca, o elige, ser, además de profesor, tutor.

No sé calibrar las consecuencias en los centros de secundaria de la CAM por la supresión de la "hora de tutoría en grupo". Depende de lo que de verdad se hiciera en ese tiempo; unas treinta sesiones al año, menos las que se pueden perder por el camino porque hay excursión o visita cultural, porque los alumnos tienen exámenes y consiguen esa hora para estudiar, y no sé cuántas excusas más.

Para ordenar en el blog esta entrada, me tengo que inventar una etiqueta nuevas. ¡Vaya!




lunes, 11 de julio de 2011

Panfleto; tres.

Creo recordar que la reglamentación de la LGE 1970 produjo una ampliación de los fascículos del BOE. Las siguientes reformas han seguido el mismo camino. En estos meses no tenemos ley nueva de educación, pero sí un avalancha de declaraciones públicas de múltiples procedencias. Los empresarios, un congreso de Barcelona, casi todos lo políticos que acceden al micro, sindicatos, profesionales, etc. Alguien dice algo, y a continuación una ristra de declaraciones a favor o en contra.

Las palabras que más efecto me causan con aquellas se dirigen, de una forma o de otra, a intentar o proponer el acercamiento del sistema escolar al mercado de trabajo. No sé, y no lo busco, sin en Alemania se usa la expresión "formación profesional dual" a su hiperbólico sistema, pero me ha asombrado la propuesta de Rajoy con esta expresión; y debe de ser dual porque trabajan y estudian.

Todas las propuestas tienden a recomponer el sistema vigente; así no acabaremos nunca de recomponer, porque el sistema vigente recogió lo que hacían lo colegios privados y, con algunos cambios, lo extendieron a toda la población; luego el modelo no  es ni el prusiano, ni el escocés, es mucho más antiguo, y estaba pensado para los hijos "de los de arriba". Nunca hemos pensado en un sistema que responda a la igualdad democrática de todas las personas. Tan es así que, una vez comprobado que el principio de igualdad de oportunidades es inalcanzable, hablamos de sistemas equitativos, no igualitarios.